Reportajes

Maratón de Berlín y Maratón de Buenos Aires en primera persona

hermann castro

Del debut a la revancha: la experiencia de Marcelo Dutilh y Hermann Castro en la Maratón de Berlín y de Juan Pablo Opazo en Buenos Aires.

Marcelo: “Terminé mi primera maratón, en Berlín, bajo las 5 horas, un logro enorme para mí. Circuito espectacular, con gran abastecimiento ajustado por el calor y 55 mil corredores. Gracias al training de Álvaro mantuve bien el Z2 hasta los 30 km, decidí bajar el ritmo para terminar entero, pensando en la gran barra del km 38 y en el vuelo de 20 horas al día siguiente.

Lo mejor fue el proceso: duro al ver tantos TPs largos, pues me acomoda más nadar 1hra, pero inolvidable al sumar a la familia a esta pasión por la actividad física. Corrí junto a mi hermana y mi cuñado, con una barra de hijos y sobrinos que ya van superando a los padres. Solo faltó TriUC, pero eso lo sumamos en Pucón y en el “paseo de curso”.

Hermann: “Lo que no se hizo en 2023 se logró en 2025: correr Berlín. Me planteé 4:45 hrs y salí con la pacer, pero el calor y los calambres llegaron desde el km 18. Tomé magnesio, isotónica, geles, plátanos, nada detuvo los calambres que me acompañaron sin tregua. En el km 30 decidí caminar fuerte para no arriesgar lesión y llegar a meta. Terminé en 5:22, que viéndolo como vaso medio lleno no es tan mal. Con la meta en la cabeza, nunca pensé en abandonar. El último km fue entre lágrimas y alegría. La vida es una maratón: a veces toca ajustar, pero vale cada paso. Llegar a la Puerta de Brandeburgo fue pura emoción y huella a fuego.”

Juan Pablo Opazo: “La Maratón de Buenos Aires fue mi 2a maratón, esta vez con una preparación completa y mayores expectativas,  me sentía fuerte y ansioso por competir, junto a 15 mil corredores. Con Álvaro teníamos un plan de carrera definido, pero al inicio me dejé llevar por la adrenalina y aumenté el ritmo. Disfruté los primeros kilómetros bajo la llovizna y capeando el viento.

Entre el km 17 y 24 enfrenté el mayor desnivel en pleno centro porteño y logré salir bien, en el km 34, en Puerto Madero, la fatiga se hizo notar. Desde ahí solo resistir, ajustar al ritmo pactado y apretar los dientes hasta el final, sorteando subidas y viento. Fue un recorrido hermoso, más aún con el apoyo de mi familia en distintos puntos. Confirmé que disciplina y trabajo duro siempre rinde frutos.”

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